Elma Pelozo partió este jueves desde Mar del Plata a Malvinas, para reencontrarse con la tumba de su hijo caído durante el conflicto, Gabino Ruíz Díaz. Ayer, la Fundación No Me Olvides, con ayuda del Ejército Argentino, realizaron el traslado de la madre correntina desde Colonia Pando.
Luego de 38 años, Elma Pelozo podrá reecontrarse con la tumba de su hijo caído en Malvinas, Gabino Ruíz Díaz. Gabino se desempeñaba como soldado del Regimiento Nº 12 de Mercedes en la Guerra de Malvinas.
La historia del reencuentro con el excombatiente, que resultó una pieza fundamental en el largo proceso de identificación de cuerpos que se dio en el marco del «Proyecto ADN» que impulsó la Fundación No Me Olvides, encuentra un argumento con diferentes particularidades. La mujer no pudo viajar en los dos vuelos humanitarios anteriores por una imposibilidad física derivada de graves problemas de salud: tiene amputada sus dos piernas.
«Hace rato se programó este viaje y no se daba y no se daba y bueno ahora que se dio estoy muy contenta y agradecida a Julito, que es nuestro pie. Él es el que hace todas las cosas y gracias a Dios hoy se dio esta oportunidad y estoy muy contenta y agradecida a él y a todos los que pusieron su grano de arena para poder hacer este viaje», reconoció la correntina a un medio marplatense en referencia a Julio Aro, encargado de la organización y quien dijo que a Elma «le podrán faltar las dos piernas pero tiene alas: ella es un ángel«.
Elma mencionó que recuerda a su hijo “como el primer día que nació”. “Él está todos los días conmigo en mi vida, en mi corazón; era un chico bueno, educado y trabajador. Una madre no se olvida, las heridas están siempre, no se cicatrizan. Soy una mamá orgullosa de mi hijo por lo que era y por lo que sigue siendo”, cerró la madre correntina que anhelaba el reencuentro con su héroe.
Sin embargo, el viaje de Elma inició el miércoles, cuando un helicóptero del Ejército Argentino, quien se dispuso a colaborar para que ocurra el reencuentro, la trasladó desde su vivienda en Colonia Pando hasta la provincia de Buenos Aires. De allí, tomó otro vuelo para llegar a Mar del Plata. Allí la recibieron dos enfermeras en el hotel Uthgra Sasso, que dispuso una habitación gratuita para su estadía.
El viaje continuará, debido a que, si las condiciones climáticas lo permiten, en poco más de dos horas completará en un avión privado los 1730 kilómetros que separan a «La Feliz» de las islas para reencontrarase con su héroe y dejarle un ramo de flores.