Al mediodía se dará lectura al fallo en la Cámara Segunda en lo Criminal de Resistencia, contra un docente de matemática y la vicedirectora.
El juicio oral y público por los casos de abusos sexuales presuntamente cometidos por Marcelo Ramón Gómez concluirá hoy cuando a las 12.15, se conozca el fallo a cargo de la jueza Gloria Zalazar. Además se ventila la conducta de la vicedirectora de la escuela 758 Mar del Plata de Barranqueras, Ana María Starcevich, sindicada como encubridora.
Las víctimas al momento de los sucesos tenían entre 10 y 12 años de edad y concurrían a cuarto y quinto grado. El maestro imputado dictaba matemática y ciencias sociales, con más de veinte años de trayectoria educativa en ese colegio y otros establecimientos.
Gómez de 58 años se lo acusa de abusar de doce menores, en algunos de los casos, se lo procesó por abuso gravemente ultrajante, también por corrupción de menores (por hacer mirar videos pornográficos desde su teléfono celular), según la investigación del Ministerio Público Fiscal.
Por dicha conducta, el abogado querellante Ítalo Suligoy junto a la entonces fiscal de cámara Dolly Fernández (actual jueza), pidieron una pena para el presunto depravado 30 años de prisión.
El letrado particular representa a once padres, mientras que una víctima cuenta con el servicio del abogado Diego Mambrín, quien requirió la misma pena, pero también que la vicedirectora Starcevich sea condenada con prisión efectiva (o sea más de tres años) por encubrimiento agravado. El debate oral y público sumó más tarde a la fiscal Graciela Grifith Barreto, en reemplazo de la jueza Fernández.
EL DESCUBRIMIENTO
La historia salió a luz en noviembre de 2015, porque una maestra del mismo establecimiento, bajo estricta reserva, le dijo a la mamá de un alumno que “algo” sucedía con el trato que Gómez les daba a sus estudiantes (estaba a cargo de un quinto grado), y le sugirió que hablara con su hijo sobre la conducta del maestro y que instara a las demás madres a hacer lo mismo con sus respectivos chicos. El resultado fue que muchos nenes contaron sobre los manoseos y particulares “juegos” que les imponía Gómez.