Un informe que solicitó Augusto Costa da cuenta de agresiones y venta en negro por parte del sector ovícola, que se salta los controles de precios
De acuerdo al informe, «los productores se violentan, agreden verbalmente y cierran y abren las puertas con los inspectores adentro. En ocasiones, los fiscalizadores requieren auxilio policial».
Incluso, en algunos casos, los agreden al grito de «cagón», encierran a los inspectores dentro de los establecimientos, no brindan información, se resisten y acuden a excusas para evitar los controles, tales como que «no hay sistema, se rompió la computadora, no anda la impresora, las facturas las tiene el contador«, entre otras.
No sólo esto: los distribuidores también tienen estrategias para vender en negro, en caso de que haya clausuras, «y vuelven a subir los precios luego de la inspección«, apunta el informe.
Las inspecciones detectaron subfacturación en granjas (pocas emiten facturas de manera normal) y distribuidores. Además, las subas de precios son «abusivas e injustificadas, que alcanzan el 100% en un mes».
La versión del sector productivo
Por el contrario, la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) negó estar detrás de la fuerte suba de precios del huevo y, en su lugar, culpó a la cadena de comercialización, al señalar que son quienes se benefician con estos aumentos y operan como “los verdaderos formadores de precios”, tal como informó BAE Negocios.
Desde la cámara que representa al sector denunciaron que los puntos de venta, sobre todo las grandes superficies, “remarcan sin ningún tipo de control”. Si bien se percibe un lento reabastecimiento de este producto, Capia reconoció que trabaja con autoridades nacionales para hallar una solución definitiva tanto a los problemas de aprovisionamiento como de precios de venta.
El titular de esta cámara, Javier Prida, señaló que el “productor no es formador de precios” y advirtió que este eslabón de la cadena debe sostener el abastecimiento de huevos frente a una demanda que aumentó un 40% desde el inicio de la cuarentena obligatoria.
Desde marzo de 2020, el precio de venta del maple es de $180 y con este valor obtienen una ganancia de $8 a $10 por maple comercializado.
Pero en el caso de los minoristas, Capia señaló que con un precio de venta de $250 a $330 por maple, alcanzan ganancias hasta cuatro veces mayor. Por el lado de los supermercados, calcularon que la ganancia asciende a unos $60 por cada docena que venden.