Las empresas y los especialistas del sector aseguran que, en teoría, debería haber una baja, pero dependerá de decisiones oficiales.
La suba del precio internacional del petróleo siempre se señala como uno de los motivos del aumento de los precios de las naftas en los surtidores de las estaciones de servicio. Pero, ¿qué pasa cuando el precio internacional tiene un desplome como el de este lunes? El valor del barril Brent —que se usa como referencia en la Argentina— es de cerca del 17% y el precio se ubica en los USD 34, luego de haber tocado un piso de 32 dólares.
En teoría, esta situación debería provocar una caída en los precios que pagan los consumidores en las estaciones de servicios. Pero por la forma en la que funciona el mercado, no sería automática o inmediata, según explican especialistas en el sector.
En la práctica, terminará dependiendo más de la puja de precios entre productoras de petróleo y refinadoras (que son las que procesan el crudo) y de alguna decisión oficial que evite esas variaciones, informó Infobae.
“El impacto que puede llegar a tener la baja del crudo internacional, que hace 29 años que no sucede, con una baja de USD 27, de USD 63 a USD 36, tiene dos aristas. Cuando hablamos de subas o bajas de precios de cartel de los combustibles se tiene en cuenta el precio del crudo Brent, el dólar y los biocombustibles. Si el crudo Brent bajó, debería bajar el precio, eso no lo discute nadie”, explicó Gabriel Bornoroni, titular de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha).
Pero la ecuación no es lineal. Sin embargo, Bornoroni destacó otras consecuencias que trae la baja en los precios internacionales: al mismo tiempo un barril por debajo de los USD 50 vuelve menos viable la producción de petróleo en Vaca Muerta y que podría aparecer, como pasó a partir de fines de 2014, un “barril criollo” con un precio diferente para la producción local con el objetivo de que no caigan las inversiones. También advirtió que una caída en los valores en las estaciones de servicio impactan en la recaudación del Gobierno.
“Hay que tener en cuenta que del 100% que uno paga como consumidor en el surtidor, el 50% son impuestos. Si hay una baja importante del precio va a haber también una baja en los impuestos, que es un tema que va a tener que solucionar el Gobierno”, destacó.
Con todo, para los estacioneros, si baja el crudo tiene que bajar el precio final de los combustibles. Esto, obviamente, si la baja se sostiene y no tiene una rápida recuperación en los próximos días. “Así como los combustibles no aumentan inmediatamente después de un aumento en el crudo, tampoco bajan inmediatamente después de una baja. A fines de 2019 y principios de este año hubo un aumento importante del crudo y no se trasladó a precio. Luego el petróleo se equilibró y los precios se mantuvieron. Habrá que seguir de cerca lo que sucede ahora con esta brusca caída”, destacó.