Isabela fue capturada por la cámara del fotógrafo Rodrigo Kunstmann, cuando hacía un gesto de disgusto que ya dio la vuelta al mundo.
El fotógrafo profesional Rodrigo Kunstmann está acostumbrado a capturar el minuto cero, ese momento en el que todo comienza y generalmente hay caras de llanto, desconcierto y emoción.
Sin embargo, nunca una de sus fotografías se había viralizado como la de la bebé de Daiane de Jesús Barbosa, de Río de Janeiro, quien al momento de nacer fue capturada con una expresión de profundo… enojo.
“Abrió mucho los ojos, pero no lloró; el médico incluso tuvo que decirle: ‘¡Llora, Isa!’. Hizo esa expresión seria y solo comenzó a llorar después de que le cortaron el cordón umbilical”, dijo el profesional a la revista Crescer.
“Fue una secuencia de 15 fotos desde el momento en que el médico realizó el parto hasta que se acercó el regazo de la madre. Duró menos de cinco segundos”, añadió sobre el momento de la imagen.
Además, Kunstmann reveló que, debido a la rapidez con la que se hizo el parto, a cargo de la doctora Cristina Maciokas, no pudo mirar las fotos y apreciar la imagen inmediatamente. “Pero tan pronto como salí de la sala de operaciones, mostré (la foto) a los miembros de la familia. Todos se echaron a reír y dijeron que se convertiría en un meme”, bromeó.
“Pensé, ¿qué cara está haciendo? Mi hija nació como un meme”, contó, por su parte, la madre.
Isabela, como fue bautizada, nació el 13 de febrero y la lente de la cámara de Kunstmann fue una de las primeras cosas que vió. Dos días después, el reportero subió a su cuenta en Facebook la imagen, sin esperar la ola de reacciones que iría a recibir, dentro y fuera del país.
La repercusión fue instantánea: a más de 3 mil personas les gustó la publicación, que se expandió a otras plataformas.
Dos días después, el fotógrafo volvió a subir un posteo, citando las que serían las palabras de la bebé enojada: “Hoy es mi nacimiento y ni siquiera tengo ropa para este evento”. Y agregó: “¡Isa se volvió viral, se convirtió en un meme!”.
Daiane también dijo que, después del episodio, Isabela ya no tiene cara de “malhumorada”, sino que simplemente arruga la frente cuando quiere amamantar y cambiarle el pañal.